Deseo homoerótico sin fin: 'Rivales' tiene la banda sonora de la temporada y uno de los mejores trabajos de Trent Reznor y Atticus Ross

Deseo homoerótico sin fin: 'Rivales' tiene la banda sonora de la temporada y uno de los mejores trabajos de Trent Reznor y Atticus Ross

El dúo que compone Nine Inch Nails ofrece una lección de techno muscular y adictivo con el que elevar la tensión del triángulo amoroso de Luca Guadagnino

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Rivales 2024 Zendaya

No nos podemos quejar en este inicio de año en materia de música para películas, donde estamos obteniendo obras remarcables. Desde la emocionante épica de Hans Zimmer para ‘Dune: Parte dos’ hasta el inquietante minimalismo de Geoff Barrow y Ben Salisbury para contrastar con la angustiosa 'Civil War'.

Y también se pueden rescatar trabajos a caballo de 2023 y 2024, como la absorbente pieza de Mica Levi que se te pega en la piel en ‘La zona de interés’, o esa exquisita rareza de Jerskin Fendrix para ‘Pobres criaturas’ tan influenciada por la nueva ola de rock experimental británico.

Pero hay un sonido que se está volviendo furor, más de lo que lo está consiguiendo la película a pesar de tenerlo todo a favor para ello. ‘Rivales’ está siendo comentada por su ferviente triángulo amoroso marcado por la sensualidad y hasta por el tenis, pero sus mejores y peores momentos resultan aún más electrizantes gracias a Trent Reznor y Atticus Ross, grandes renovadores de la banda sonora contemporánea que logran hacer aquí uno de sus mejores trabajos (y no es decir poco).

Golpear la pelota con electrónica de club

Después de colaborar por primera vez con Luca Guadagnino en ‘Hasta los huesos (Bones and All)’, creando una pieza de escalofriantes atmósferas y sutilezas, el director italiano quería contar de nuevo con ellos para su deportiva pieza amorosa. Y los quería para hacer algo totalmente distinto, algo mucho más primitivo y visceral que actuase como el latido y la energía de la acción junto con los sonidos de las pelotas botando o las raquetas golpeando.


“Nuestro objetivo es que la película baile con la película” afirmó Guadagnino, y qué mejor manera para ello que un divertido y pulsátil sonido de techno y de música clubera. Reznor rescata parte de esa electrónica de baile y esos enérgicos sintetizadores pop que marcaron su primer disco como Nine Inch Nails, el icónico Pretty Hate Machine, pero tomando una dirección aún más intensa y animal.

El compositor habló con GQ de cómo el cineasta le puso como nota que había que conseguir evocar "Deseo homoerótico sin fin", o al menos una variación que incluya alguna de esas palabras. Reznor y Ross no sólo entendieron el trabajo, logran elevar a la perfección las ya existentes tensiones y vibraciones entre los personajes de Zendaya, Josh O’Connor y Mike Faist.

A pesar de su estética rockera y casi gótica, estamos ante músicos capaces de hacer de la electrónica oscura algo totalmente sensual (ahí su icónico hit ‘Closer’). La música de ‘Rivales’ está motivada por ese mismo impulso, al mismo tiempo que no se ciñe a una única tonalidad para expresar ese sentimiento que arrolla todo el rato como un rinoceronte en embestida.

‘Rivales’ y el bombardeo de sensaciones

Encontramos sonidos muy juguetones como ‘Yeah x10’, con su perverso toque de ironía, pero también mucho músculo de techno o house noventero que enciende bien las chispas en momentos como las conversaciones entre los personajes de Zendaya y O’Connor, pero también en los partidos de tenis donde se acentúan sus respectivos poderíos. Son muy descarados los intentos de Guadagnino por elevar la tensión a base de subir la música, pero al mismo tiempo sirve de maravilla a esta historia.

Si la idea es meternos de lleno en un bombardeo sensorial adictivo como el que viven los personajes con la adrenalina del tenis y de aproximarse entre ellos, Reznor y Ross dan con la clave y la atacan con sus sintezadores perforantes como martillo hidráulico. Es tan efectiva que está consiguiendo tener la relevancia que le ha faltado un poco a la propia película.

Ahora mismo no es raro ver intentos de memes que tienen como eje ese arrollador mojo que tiene la pieza titular, y podría perfectamente convertirse en una banda sonora que llegue lejos de cara a premios. Al menos, debería darle para colarse también en las mejores discotecas, un objetivo al que podría aspirar perfectamente con la versión remezclada realizada por el productor alemán Boys Noize, que ofrece un complemento aún más eufórico y electro con el que redondear la experiencia de ponerse esta música.

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