Solidaridad obrera y refugiados marcan la última película de Ken Loach, un agridulce drama sobre la importancia de la comunidad

Solidaridad obrera y refugiados marcan la última película de Ken Loach, un agridulce drama sobre la importancia de la comunidad

El director explora comunidades rurales y trabajadoras con su habitual estilo en 'El viejo roble'

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El Viejo Roble 2023

Cada vez es más común la percepción de que Ken Loach se está volviendo el "Clint Eastwood de izquierdas" en su cine. No por cuestiones de brújula moral, que es más contundente en el caso del británico ya que el segundo termina algo más ambiguo en el excepcionalismo americano. Su estilo cada vez parece más esquelético, optando por dramas bastante austeros y hasta asperos que a menudo se plagan de actores no profesionales a los que se ha dirigido en pocas tomas.

Eso no les impide ser buenas películas, aunque van llegando momentos donde esa manera de trabajar bajo mínimos deriva en que el resultado final "sea una más". Loach lleva varias cintas que resultan bastante cálidas, que exploran dramas humanos muy relevantes para la clase obrera, aunque no tan excepcionales como sus obras grandes. 'El viejo roble', su último estreno, cae también en eso.

Fuerza, solidaridad, resistencia

La última obra del director, que volvió a tener su aclamación en Cannes y hasta premios en festivales como los de Locarno y Valladolid, no cambia su interés por las personas de a pie en comunidades marginadas socioeconómicamente, pero aquí da una pequeña vuelta de tuerca entrando también en el drama de los inmigrantes y refugiados. Un componente que Loach aprovecha para hacer un relato sobre la urgente necesidad de la solidaridad.

En la película vemos a un grupo de refugiados procedentes de Siria que son relocalizados en un barrio modesto del noreste de Inglaterra. Desde su llegada un grupo de locales muestra su rechazo, caldeándose más por una situación cada vez más precaria donde se devalúan las viviendas de la zona para ser compradas por fondos internacionales. En estas circunstancias, un dueño de un pub medio ruinoso busca trazar puentes, empleando los pocos recursos que le quedan.

Este dueño de pub, el último de la zona en el que los locales pueden asistir y que sea vestigio de los buenos viejos tiempos, es un vehículo de Loach para entrar en el viejo sindicalismo, propulsado por los trabajadores de la mina que estaba cerca del pueblo. Un movimiento que trató de transmitir a los obreros que tenían mucho más poder del que podían concebir si unían sus fuerzas, y de ahí que el local sirviese para lugar de encuentro, reunión, comidas comunes y otros eventos.

'El viejo roble': por un mañana mejor

El Viejo Roble 2023 Ken Loach

Esa manera de forjar comunidad a través de la pertenencia a un lugar y, sobre todo, al compartir alimento caliente, es una de las ideas más interesantes que busca transmitir el director. Y una de las más exitosas, ya que Loach en su cine sabe transmitir bien calidez humana compartida. Es en esos momentos donde la decisión de usar un reparto amateur (aunque tanto el protagonista Dave Turner como Ebla Mari muestran tablas muy destacables) resulta en beneficio de la película, haciéndola mínimamente auténtica.

La austeridad, eso sí, juega en contra en los momentos donde intenta plasmar conflicto y también mayor tragedia. Una de sus decisiones más cuestionables resulta un extraño momento de explotación emocional, impropio del tono más sosegado y debidamente agridulce que estaba llevando. Tampoco favorece que a menudo los personajes de los parroquianos estén trazados un poco a brochazos, derivando en muchos momentos donde se están explicando la idea de la película.

Son pequeños detalles algo torpes e impropios de alguien tan solvente como Loach, que sigue ofreciendo una necesaria película sobre personas cuyos conflictos no suelen protagonizar el cine, con imágenes tan sencillas y efectivas como ese intento de reparar un cártel que no para de caerse a trozos. Tiene suficientes virtudes para convencer, especialmente un emocionante final que evoca también otra película de férrea brújula moral como 'El sol del futuro' de Nanni Moretti. Esta clase de autores serán echados en falta cuando ya no estén.

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