“En el Proyecto Manhattan sólo estaban involucrados hombres”, me decía el otro día un amigo, empezando por Oppenheimer. Así respondía a la idea que existiera una serie llamada ‘Manhattan’ donde tenían el mismo protagonismo los hombres que las mujeres. Pero, como dice la expresión, detrás de todo gran hombre hay una gran mujer.
Esta es la filosofía de esta serie de televisión de WGN, otro canal de cable que quiere abrirse camino en el terreno de la ficción propia. La primera ‘Salem’ no fue la mejor manera de presentarse en sociedad por más que generó mucho más ruido a su llegada (y se catalogó rápidamente como una decepción). Y, cómo no, el canal se adentra otra vez en otra época, que es lo que se lleva en el cable americano (‘Halt and Catch Fire’, ‘Turn’, ‘Outlander’).
Lo sorprendente, no obstante, es el propósito de su creador, Sam Shaw, de escribir una serie accesible. Es el retrato de una época y un momento muy concretos en una base militar secreta donde debían desarrollar la bomba atómica a contrarreloj. Como demuestran las dudas de uno de los protagonistas, por más que esa arma fuera apocalíptica, o la hacían ellos o la crearían los nazis. Y, sí, era inevitable querer que los americanos ganasen la Segunda Guerra Mundial, ni que sea porque la alternativa era inhumana.
El final de la II GM
El punto de partida es claro. Ya están al final de la guerra y la balanza todavía no se ha inclinado a su favor cuando Charlie Isaacs (Ahsley Zuckerman) se incorpora al Proyecto Manhattan. El joven es único en su generación, una mente privilegiada para la física que arrastra a su mujer (Rachel Brosnahan) y su hijo a una base militar en Nuevo México donde tienen prohibido el contacto con el exterior.

El personaje Frank Winter se basa en Seth Neddermeyer.
Son estas situaciones conyugales las que diferencian este producto. Estamos acostumbrados a series que no ponen nada fácil la entrada en el universo al espectador (‘Halt and Catch Fire’ tampoco lo pone especialmente difícil pero puede resultar marciano tanta alusión al hardware y software informático) y ‘Manhattan’ elige una óptica más universal. Asume que la física nuclear no es asignatura obligatoria en el colegio y expone sobre todo expone las situaciones y el drama humano de cada individuo.
¿Hacemos un 'Army Wives' de calidad?

Olivia Williams es una de las sufridas esposas.
Este afán por ser accesible, que conste, también le rebaja algunos puntos. No es una obra explícitamente intelectual y el drama humano todavía no ha llegado a unas cotas de sofisticación que lo lleven a otro nivel (como sucedía con la primera de ‘Orange is the new black’ o ‘Downton Abbey’). Es muy correcta, diría que hasta notable, y es refrescante ver que una serie intenta conciliar calidad y entretenimiento de una forma tan evidente.
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alwcf
Gracias por la crítica. Me apunto la serie para posibles futuras series a ver.